Culpemos al verano
La tierra está calcinada, rubia, suelta, polvorienta, desconsoladora y las cigarras cantan inmisericordemente. Es el verano. El estío llega a esta tierra del Señor inexorablemente. Ya lo dicen los viejos en años como este en los que la primavera se alagara. —No te dejes engañar por el fresco. El calor está ahí, esperando. Los viejos […]
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